Nos encontramos en un momento único, esta es una situación insólita en la que nuestra vida se ha visto alterada…y algunas de nuestras herramientas se muestran poco adecuadas ¿y si partimos de nuestra manera de estar y de sentir?
Cuando empezamos a plantearnos la idea de describir un blog, nunca pensamos que iba a ser en estas circunstancias excepcionales y que nuestro primer post iba a tratar un tema tan complejo y nuevo para todas como es la situación de emergencia que nos ha tocado vivir.
Nos encontramos en un momento único, esta es una situación insólita en la que nuestra vida se ha visto alterada, en unos casos porque hemos tenido que frenar nuestra actividad profesional o social en seco y en otros porque esta actividad profesional se ha visto incrementada y llevada a unos lugares de máxima demanda. El orden establecido ha cambiado y esto nos lleva por exceso o por defecto a vivir unas situaciones novedosas en todos los ámbitos de nuestra vida (personal, profesional, familiar, social…). Y por si fuera poco es una situación en la que hay muchísima incertidumbre hacia casi cualquier aspecto de nuestro día a día. Todo esto lo convierte en una situación de estrés.
Los medios de comunicación y las redes sociales nos han proporcionado numerosa información, en ocasiones en demasía, y nos han aportado diferentes consejos para afrontar esta situación de la mejor manera, entre ellas: establece una rutina diaria, mantén las relaciones sociales, establece espacios de ejercicios,…, herramientas válidas pero estandarizadas para todas las personas.
Pero cada persona somos única y especial con nuestra propia biografía y nuestras propias circunstancias para afrontar esta situación y por tanto la manera de vivir a nivel personal y a nivel relacional la situación de confinamiento, o cualquier otra situación de estrés, es única e individual…y por supuesto adecuada.
Cuando somos capaces de respetar nuestras emociones y las de los demás como el resultado de nuestro mejor saber hacer en ese momento vital estamos empezando a cambiar la relación con nosotras mismas, instaurando relaciones de buen trato hacia mí misma y hacia las demás personas.
Desde este convencimiento surgen las sugerencias que a continuación os ofrecemos, como una propuesta de cuidado personal y de cuidado a las personas de nuestro entorno.
Sugerencias en situaciones de estrés
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- Identifica tus emociones y si puedes nómbralas, al menos internamente, eso facilita que puedas entenderlas y situarlas de una forma diferente.
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- Permítete sentir. Todo lo que sientes es la mejor versión de ti misma en este momento de la vida y con estas circunstancias.
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- Acepta tus emociones, aunque hay emociones que nos resultan más desagradables que otras todas son igualmente importantes. Acéptalas como parte de ti.
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- Identifica las emociones de las personas con las que convives y empatiza con esas personas. Entiende que sus reacciones emocionales no son contra ti, sino la mejor manera posible de vivir la situación en este momento.
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- Si es posible establece un espacio de comunicación dónde podáis diferenciar las emociones y la expresión de las mismas. Limita las conductas o comportamientos que sean irrespetuosos o dañinos nunca las emociones.
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- En las relaciones familiares diferencia las relaciones entre la pareja y los temas que corresponden a las personas adultas dejando fuera de ese conflicto a los hijos y las hijas.
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- Si hay temas importantes que abordar con los hijos y las hijas buscar un espacio de acuerdo previo entre los progenitores para lograr un mensaje común. No tomes decisiones importantes.
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La mejor manera de convivir es escuchando y acompañando en las emociones y no tanto dando soluciones que a veces no tenemos.
Y si ves que la situación te está sobrepasando no dudes en buscar ayuda profesional.