El trabajo en grupo posibilita un espacio de aceptación y crecimiento en el que sentirnos en compañía con otras personas. Con ellas establecemos relaciones en las que podemos modificar patrones y formas de afrontar situaciones similares que se pueden dar en otros espacios.

En el trabajo en grupo trabajamos competencias personales básicas para la relación con otras personas como la escucha, la empatía o el conocimiento mutuo. El respeto a sí misma y a las otras personas son claves para construir nuevos modelos afectivos, realizando un trabajo profundo de crecimiento emocional,  en compañía de otras personas en un contexto de colaboración y ayuda mutua.

El grupo es un laboratorio afectivo y relacional en el que poder compartir nuestras emociones y construir desde la aceptación y el compromiso mutuo nuevas formas de estar, desde el respeto a nuestra historia personal.