Personas Adultas
Las personas adultas afrontamos diferentes situaciones y retos en los que, en ocasiones, sentimos que nuestros recursos no son suficientes.
Cuando acudimos a terapia podemos hacerlo con unos síntomas concretos o con una sensación de malestar generalizada. En ocasiones hay síntomas de ansiedad como la dificultad de respirar, sentir opresión en el pecho, malestar general, ganas de llorar o sentimientos de inferioridad, de no encajar, que están ocasionados por una situación concreta, pero en otros muchos tiene que ver con nuestra historia personal y nuestras relaciones.
Nuestra manera de hacer atiende a esos síntomas, para que éstos sean menos intensos, y a su vez – también te ayudamos a entender su origen y su función en tu vida.
Nos centramos en las emociones, en su identificación y aceptación para, desde ellas, trabajar cómo se reflejan en nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestras relaciones, porque entendemos a las personas y su salud de manera global.
El objetivo es incrementar la autoestima y el bienestar y mejorar la relación de cada persona consigo misma.La terapia implica cambios personales y relacionales y así serán identificados y trabajados en la consulta. Se trata de desarrollar nuestros recursos personales para adaptarnos a las situaciones actuales. Como protagonistas de nuestra vida, nuestro autocuidado y nuestra salud.
Entendemos que cada proceso es único e irrepetible y adaptamos nuestra experiencia y conocimientos a esa relación paciente-terapeuta que se genera.
“Me gusta que la gente sea auténtica en sus alegrías, pero también en sus dolores, sus tristezas, sus miedos… Solo de esa manera, sintiéndose aceptada en todo y, por supuesto, en lo negativo, podemos empezar a reparar heridas y desde ahí conectar con lo mejor de nosotras mismas”.